Cicloturismo
El cicloturismo es el ciclismo a largas distancias, una actividad recreativa, deportiva y no competitiva que combina la actividad física y el turismo. Consiste en viajar en bicicleta visitando los lugares que se encuentra uno a su paso. Se realiza por placer, no por competición, por lo que no se puede llegar a denominar práctica competitiva.
Se pueden hacer viajes de cualquier duración, tanto en el día como de varias semanas, meses o años. Una persona en razonable forma física y con una bicicleta cargada de equipaje, puede hacer entre 50 y 150 km por día, dependiendo del tipo de terreno, por lo que se pueden cubrir distancias considerables en unos pocos días.
Para viajes de varios días caben dos alternativas básicas: llevar coche de apoyo o cargar el equipaje en la bici (modalidad autosuficiente). Esta última modalidad además admite dos variantes: llevar todo lo necesario para acampar (tienda de campaña, saco de dormir, útiles de cocina, etc.) o vivaquear, o alojarse en hoteles/hostales y comer en restaurantes («cicloturismo de tarjeta de crédito»).
Una de las opciones de Cicloturismo más recomendable es aquella que combina la bicicleta con el tren, no obstante conviene informarse previamente de las distintas normativas de cada compañía ferroviaria, pues todo dependerá de la capacidad y diseño de los trenes. En algunas zonas de Europa es una práctica habitual e incluso promovida por las mismas compañías ferroviarias.1
Hay empresas que organizan viajes en bicicleta y que suelen llevar una furgoneta de apoyo en la que viaja el equipaje, además de contar con herramientas y repuestos para solucionar cualquier avería, o poder actuar de «escoba» recogiendo a quienes no aguanten el ritmo o se lesionen.
Hay muchos tipos diferentes de cicloturismo, en algunos países hay auténticas redes de vías para bicicletas, y hay una iniciativa para hacer extensas rutas ciclistas por Europa: (ver → EuroVelo).
Se pueden hacer viajes de cualquier duración, tanto en el día como de varias semanas, meses o años. Una persona en razonable forma física y con una bicicleta cargada de equipaje, puede hacer entre 50 y 150 km por día, dependiendo del tipo de terreno, por lo que se pueden cubrir distancias considerables en unos pocos días.
Para viajes de varios días caben dos alternativas básicas: llevar coche de apoyo o cargar el equipaje en la bici (modalidad autosuficiente). Esta última modalidad además admite dos variantes: llevar todo lo necesario para acampar (tienda de campaña, saco de dormir, útiles de cocina, etc.) o vivaquear, o alojarse en hoteles/hostales y comer en restaurantes («cicloturismo de tarjeta de crédito»).
Una de las opciones de Cicloturismo más recomendable es aquella que combina la bicicleta con el tren, no obstante conviene informarse previamente de las distintas normativas de cada compañía ferroviaria, pues todo dependerá de la capacidad y diseño de los trenes. En algunas zonas de Europa es una práctica habitual e incluso promovida por las mismas compañías ferroviarias.1
Hay empresas que organizan viajes en bicicleta y que suelen llevar una furgoneta de apoyo en la que viaja el equipaje, además de contar con herramientas y repuestos para solucionar cualquier avería, o poder actuar de «escoba» recogiendo a quienes no aguanten el ritmo o se lesionen.
Hay muchos tipos diferentes de cicloturismo, en algunos países hay auténticas redes de vías para bicicletas, y hay una iniciativa para hacer extensas rutas ciclistas por Europa: (ver → EuroVelo).